Hace casi un año, os hablábamos de los alimentos funcionales o nutracéuticos, alimentos a los que se les agregan componentes biológicamente activos. Estos alimentos que ya de por sí son saludables, lo resultan aún más gracias a esta adición. Hoy retomamos el tema con la colaboración de Juan Fernández del profesor de la Escuela de Agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena.
En este proceso de “fortificación”, un alimento natural se enriquece con los componentes de otro, dando como resultado un producto con propiedades preventivas, curativas o con capacidad de mejorar la calidad de vida de las personas. Concretamente, en la UPCT están trabajando en cómo aumentar las propiedades nutracéuticas de hortalizas de hojas como la rúcula, los canónigos, la verdolaga o la colleja a través de técnicas de cultivo.
Pero, ¿cómo reconocer un alimento nutracéutico en el supermercado? Fernández nos cuenta que suelen estar indicados en el envase, pero en muchas ocasiones son sus propiedades añadidas no están cuantificadas. No obstante, existen listados en Internet con los tipos de alimentos funcionales disponibles en nuestro país.
El investigador nos recuerda que nuestra dieta “debe ser rica en distintos alimentos de todo tipo“, si bien los nutracéuticos pueden ser de gran utilidad como suplemento en caso de padecer algún tipo de carencia. Para conocer más acerca de los alimentos funcionales, es más que recomendable leer este especial preparado por Consumer Eroski, con su historia, la opinión de expertos, etc.
Entrevista a Juan Fernández, doctor ingeniero agrónomo de la Escuela de Agronomos de la UPCT.
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