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Carthago Nova, un ejemplo de la arqueología de la construcción

La Región de Murcia tiene unos orígenes muy remotos cuyas bases se afianzan con los grandes pobladores de los últimos siglos antes de Cristo. Con el fin de conocer mejor los materiales y las técnicas de construcción empleadas en la antigüedad, la tesis doctoral de Irene Caracuel toma como punto de partida Carthago Nova, donde se superponen construcciones de numerosas culturas como la íbera, la púnica o la romana.

 

La clave del estudio es diferenciar los edificios de cada sociedad y desentrañar sus métodos de construcción y las materias primas que utilizaron. “Así se puede entender la evolución de las maneras de construir, aprovechar los materiales que tuvieron cada una y ver qué habilidades o conocimientos consiguieron de la práctica y la corrección de errores”, explica la doctoranda.

 

Poco se conserva del primer poblamiento de Cartagena por parte de los íberos, pero pronto llegarían las grandes construcciones de los púnicos, liderados por la familia Barca. El estudio arqueológico muestra un gran desarrollo de la ciudad en esta época, las últimas décadas del siglo III a.C., años en los que se convierte en un gran bastión cartaginés. Los Barca fueron los primeros en hacer grandes defensas. Desde entonces, el territorio es conocido por sus murallas, fortificaciones y baterías, tradición arquitectónica que ha acompañado a Cartagena hasta el siglo XX.

 

 

Conquista romana

Veinte años después de la llegada de los cartagineses, el ejército romano conquistó la ciudad. La investigación apoya las teorías que afirman que durante las primeras décadas de ocupación se respetó el trazado de la ciudad púnica, aunque ya a finales de la República y en el periodo imperial se llevaron a cabo constantes renovaciones de Carthago Nova para solucionar las diferentes necesidades de sus habitantes. “Todo este sinfín de construcciones y destrucciones de edificios es esencial para comprender la cultura que fue la piedra angular de la ciudad actual”, apunta Irene Caracuel.

 

El proyecto corrobora que las técnicas constructivas y los materiales combinan conocimientos procedentes de la zona de Túnez –en su momento Cartago– y otros propios de la Roma Republicana, una combinación especial acorde a las condiciones de fundación y primeras décadas de la ciudad. Entre las conclusiones del estudio destaca que “este territorio tiene un regionalismo muy marcado en su arquitectura, característica que también debieron compartir sus habitantes, los primeros grandes pobladores murcianos”.

 

Irene Caracuel Vera, del departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Murcia, está desarrollando la Tesis Doctoral Hacia una Arqueología de la Construcción en Hispania. Edilicia pública y privada a través de materiales y técnicas de construcción en el sureste, financiada por la Fundación Séneca.