Región de Murcia
Fundación Séneca
FSE

Reactions and contra reactions: From affirmative actions to affective polarization.

Nace en Los Alcázares en 1996. En 2018 obtiene el grado en Ciencia Política y Gestión Pública por la Universidad de Murcia, obteniendo el premio fin de carrera así como el premio al mejor TFG en materia de igualdad de género otorgado por la Unidad para la igualdad de Género de la Universidad de Murcia. A continuación cursa el máster en la Universidad de Murcia obteniendo el título de máster en Análisis Político Aplicado con especialidad en comunicación política y campañas electorales. Durante ese año inicia su carrera investigadora con una beca de colaboración en el Departamento de Ciencia Política y Administración Pública en la misma Universidad. En 2019 comienza sus estudios de doctorado en el programa de doctorado de Ciencia Política y de la Administración con una beca otorgada por la Universidad de Murcia de iniciación a la investigación. En 2020 obtiene una beca para formación de posgraduados en el Centro de Investigaciones Sociológicas (Madrid). En noviembre de 2020 comienza su contrato predoctoral FPU del Ministerio de Universidades en el departamento de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad de Murcia. En 2021 se titula como especialista en Análisis de datos en Ciencias Sociales a través del curso de posgrado ofrecido por el Centro se Investigaciones Sociológicas. En el año 2023 obtiene una Beca Fulbright para realizar una estancia investigadora predoctoral en la Universidad Estatal de Oregón con la profesora Catherine Bolzendahl. Paralelamente está asociada al desarrollo del proyecto nacional "Las monarquías europeas en perspectiva comparada" financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. También está asociada al desarrollo del proyecto "Polarización afectiva en la Región de Murcia" financiado por la Fundación Séneca. Colabora como asistente de investigación en Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública (CEMOP). Ha realizado otras estancias externas en la Universidad de Uppsala en el año 2022. Posee comunicaciones en congresos nacionales e internacionales, así como publicaciones científicas en revistas de carácter nacional e internacional. Domina el español y el inglés.


Resumen del proyecto de investigación

Las democracias representativas están cambiando (Cotta & Russo, 2020). Si entendemos la democracia en términos procedimentales de acuerdo con Dahl, podemos asumir que los procedimientos cambian, evolucionan y, por tanto, están en movimiento. Durante la segunda mitad del pasado siglo, tras la expansión de los sistemas democráticos también se consolidaron las llamadas teorías críticas de la democracia representativa (Cobo, 2004). Probablemente las críticas que más han calado en los legisladores han sido aquellas que tenían que ver con la ausencia de determinados grupos en las instituciones representativas. De forma que los cambios a los que hemos asistido como espectadores ciudadanos y sobre los que tantos investigadores (y, sobre todo investigadoras) han teorizado al respecto, tienen ahora una serie de resultados visibles. Trayendo de la abstracción a lo concreto: Las acciones afirmativas que a lo largo de las últimas dos décadas se han implementado en democracias de todo el mundo han tenido como consecuencia en la mayoría de los casos un aumento de la presencia de los grupos marginados históricamente en las instituciones representativas, y, específicamente en el caso de las acciones afirmativas o de discriminación positiva hacia las mujeres, algunos países han alcanzado el ideal de paridad representativo con el que fueron diseñadas tales medidas. Este es el caso de la joven democracia española, la cual en 2007 introdujolas cuotas legales electorales, es decir, obligatorias y en 2019, apenas 10 años después, alcanzó el equilibrio paritario entre hombres y mujeres presentes en la principal institución representativa del país. El país pionero en utilizar las acciones afirmativas, o al menos en nombrar así a estos mecanismos, fue Estados Unidos durante la década de los años 60 con la Civil Rigths Act de 1964. A diferencia del caso español (y otros) en los que se ha enfatizado la presencia equilibrada de las mujeres en la vida política respondiendo a las exigencias de las críticas feministas a la democracia representativa, Estados Unidos ha respondido en mayor medida a las críticas multiculturalistas (minorías/inmigración) y además focalizándose no tanto en la presencia pública como en el ámbito privado de la igualdad de oportunidades educativa y laboral. En mi tesis doctoral, estoy interesada en las nuevas realidades de las democracias paritarias y tras el estudio pormenorizado del caso español como una democracia paritaria novel (y comparada con una democracia de larga duración como es la sueca) el siguiente paso lógico de una investigación comparada no sistemática es abordar un caso diferente: Estados Unidos, en tanto democracia no paritaria. Originalmente, mi primera idea para desarrollar allí mi segunda estancia de doctorado era añadir un nivel más de comparación a la representación descriptiva y la distribución del poder desde una perspectiva de género. Ahora bien, durante el proceso del diseño de la investigación encontré varios elementos que a priori no tendrían por qué darse en dos contextos tan diferentes (europeoamericano, paritario- no paritario): La polarización en ambos países es elevada. La polarización afectiva es más elevada entre las mujeres de ambos países que entre los hombres. Ambos países parecen estar en un momento de reacción provocado por el llamado fenómeno del Cultural Backlash. En ambos se están discutiendo actualmente temas polémicos relacionados con las mujeres, como es el aborto y la violencia sexual contra las mujeres, así como con otros grupos minoritarios como los inmigrantes o los nacionalismos. Ambos países han puesto en marcha acciones afirmativas respecto de grupos históricamente marginados. Estas evidencias, junto con el background teórico de la propia tesis doctoral, así como de los trabajos en lo que colaboro en mi departamento de origen y las largas conversaciones con mi directora de tesis, me han llevado a reflexionar sobre la siguiente cuestión: Las acciones afirmativas con las que el Estado en general y las instituciones en particular, pretendían mejorar la legitimidad del sistema, en el caso español a partir de la introducción de cuotas legales de género y en el caso estadounidense con el impulso durante décadas de distintas acciones afirmativas, ¿Han provocado una reacción suficientemente grande como para romper la espiral del silencio entorno a lo políticamente correcto respecto al progreso en la igualdad de oportunidades como para desembocar en una suerte de segunda crisis de las democracias representativas? ¿Puede ser la polarización (afectiva e ideológica) una manifestación de esta nueva crisis de la democracia representativa? Sabemos, por el extenso desarrollo teórico y la evidencia empírica sobre las resistencias al cambio en las instituciones (Mahoney & Thelen, 2010), que los actores privilegiados necesitan incentivos suficientes que en su escala de utilidad reduzcan los costes de los beneficios de ceder espacios de poder a otros. Y, durante un periodo de tiempo parece que estos incentivos fueron suficientes, en términos electorales, en términos de lo políticamente correcto o en términos de ceder poder para poder mantener otros espacios de poder ante la incertidumbre de un cambio disruptivo. Ahora bien, si utilizamos la clásica teoría de la espiral del silencio propuesta por Noelle-Neumann, también que sabemos que en un momento dado la espiral puede romperse, dejando a la luz aquellas opiniones que el grupo mayoritario condenaba y rechazaba. Además, también conocemos la novedosa teoría del cultural backlash, con la que Inglehart y Norris explicaban el triunfo de Donald Trump, el Brexit o el auge de los autoritarismos de derecha radical. Precisamente explicaban, que este cultural backlash es una reacción al progreso en una serie de derechos sociales. Lo novedoso de mi proyecto es plantear la posibilidad de que estas nuevas situaciones de disputa, crispación y polarización sean en realidad una segunda (gran) crisis de la democracia representativa

Centro de destino/organismo

Oregon State University - College of Liberal Arts - School of Public Policy

Área de conocimiento

Political Science - Public Policy

Dinos por qué elegistes este centro

El principal motivo para elegir la Universidad Estatal de Oregón (OSU) es la presencia de la profesora Dra. Catherine Bolzendahl en el College of Liberal Arts. Durante el mes de junio de 2022 contacté con la profesora Bolzendahl mostrándole mi interés en poder realizar una estancia de doctorado con ella en la OSU. Desde el primer contacto ella se interesó por mi tesis doctoral, leyendo mis avances de tesis y haciendo comentarios sobre los mismos profundos teórica y metodológicamente. Cuando le comenté la posibilidad de solicitar una beca Fulbright me animó a hacerlo y me brindó su apoyo con la elaboración del proyecto de tesis. La profesora Bolzendahl resolvió, desde mi punto de vista como estudiante de doctorado, una de las principales incógnitas de lo que podemos encontrarnos cuando una democracia pasa a ser paritaria. A partir de sus planteamientos teóricos sobre la generización de las organizaciones y las instituciones teoriza sobre por qué podríamos encontrarnos una polarización de género en la distribución del poder en las instituciones. Estas cuestiones he podido comentarlas con ella, lo que me da confianza, pues, si la profesora Bolzendahl ya me ha prestado atención de manera telemática, creo que presencialmente será una experiencia muy enriquecedora tanto académica como personalmente. Mi situación de origen en un departamento en el que soy la única que trabaja mi tema, me ha obligado (o brindado la oportunidad) de buscar fuera de mi espacio de trabajo académicos/as expertos/as en el tema del género, la política, las instituciones y la democracia. Es por eso por lo que priorizo solicitar mi estancia en una universidad en la que se encuentra una de las investigadoras más punteras sobre el tema actualmente y no basarme únicamente en el prestigio de la institución universitaria. Ahora bien, la OSU es una universidad de primer nivel, siendo la mejor posicionada en el Estado de Oregón y entorno al puesto 110 mundialmente. Además, como española y murciana con una trayectoria académica pública, de alguna manera, me siento más cómoda en espacios educativos públicos. Al comprobar que la OSU era una de las mejores universidades públicas de Estados Unidos, me sentí aliviada porque quería visitar a la profesora Bolzendahl sin importar en que universidad estuviera y era consciente de las limitaciones financieras que las universidades privadas plantean. Por otro lado, también creo que realizar una estancia en una institución con la que a priori compartes valores es muy importante para el desarrollo de la experiencia. En este sentido, la profesora Bolzendahl me comentó durante una de nuestras reuniones por zoom, que el ambiente en el College of Liberal Arts, en concreto en el Instituto de Políticas Públicas, era muy diverso y contaba con muchos estudiantes de doctorado de diferentes nacionalidades que realizaban allí sus estudios o estaban de estancia. Además de empaparme de la cultura académica estadounidense tendré la oportunidad de conocer otros puntos de vista en un espacio abierto al diálogo, la investigación, el debate y la multiculturalidad.

¿Qué caracteriza el centro en el ámbito internacional?

La Universidad Estatal de Oregón (OSU) se caracteriza precisamente por la acogida de multitud de estudiantes internacionales en todas las disciplinas académicas de la Universidad. En el caso concreto de la Escuela de Políticas Públicas, destaca el desarrollo investigador en torno al estudio de políticas públicas aplicadas. Así, colaboran con agencias estatales y federales para desarrollar investigaciones conjuntas que permitan el diseño y la evaluación de determinadas políticas púbilcas bajo un punto de vista cuantitativo. 

¿Qué te llevó a solicitar una beca Fulbright?

El principal motivo que me llevó a solicitar una beca Fulbright fue la posibilidad de entrar en un circuito académico internacional de primer nivel. Durante mis años años de máster y doctorado mi directora de tesis, la Doctora Antonia Martínez, me insitía en que los y las investigadoras de nuestro campo con mejores trayectorias en la actualidad normalmente han contado con una beca Fulbright. 

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