Investigadores del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) han logrado desarrollar una kombucha a partir de deshechos que se producen tras la elaboración del vino, los hollejos y lías, en lugar del tradicional té. Además, esta nueva kombucha aporta un doble potencial para la salud al sumar beneficios antioxidantes y antiinflamatorios a los prebióticos y probióticos que habitualmente posee esta bebida fermentada.